Un centenar de estudiantes de bachillerato se plantaron este miércoles enfrente de la Alcaldía de San Antonio (Texas) para protestar en contra de las deportaciones llevadas a cabo por el Gobierno de Donald Trump y pedir que las autoridades migratorias no puedan entrar a las escuelas.
Con pancartas con mensajes como «Ningún ser humano es ilegal» y «No a las deportaciones», los jóvenes mostraron su rechazo a las políticas de la actual Administración, que ha arrestado a más de 8.000 migrantes en todo el país desde el 20 de enero, según datos de la Casa Blanca.
Como parte de una estrategia para facilitar e intensificar las detenciones de personas sin un estatus legal en el país, el Gobierno dio vía libre a los operativos de migración en lugares previamente considerados como «protegidos», incluyendo escuelas.
Esta directriz ha generado temor en Texas, el segundo estado con más indocumentados, donde más de 2 millones de personas viven con al menos un familiar sin estatus legal.
Es el caso de Anabel Ramos, de 17 años, hija de dos migrantes de Nicaragua que han «luchado» por años para legalizar su situación en el país.
«No quiero que mis papás se vayan; duele mucho y es muy cruel lo que está haciendo Donald Trump», contó la joven a EFE, vestida con una camisa del equipo nacional de béisbol de Nicaragua.
Junto a sus compañeros de clase, decidió dirigirse a la Alcaldía y grabar vídeos para enviárselos a su padre y mostrarle «el apoyo que tiene», relató.
Además de la angustia por sus familias, algunos estudiantes temen también por sus compañeros de clase que no tienen papeles y que podrían verse afectados por la campaña de arrestos.
«Nadie debería tener que esconderse», dijo Meldy Miranda, de 15 años, quien contó temer por el futuro de una amiga suya. «No me parece justo, solo porque no nació aquí no significa que no sea humana», contó la menor, hija también de un migrante hondureño.
Las autoridades en San Antonio, incluido el sheriff del condado de Bexar, Javier Salazar, han intentando enviar mensajes para tranquilizar a la comunidad ante las acciones de migración.
En una entrevista la semana pasada con la cadena CNN, Salazar dijo que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) -la agencia encargada de hacer cumplir las leyes migratorias- no llevará a cabo redadas en los colegios o iglesias en la ciudad.
«Hasta donde yo sé, ICE no va a ir de manera indiscriminada, de escuela en escuela (…) para ver qué niños, maestros o cualquier otra persona pueda estar indocumentada», afirmó.
Las oficinas locales de ICE en Texas no han publicado cifras de la cantidad de personas que han detenido en estas dos semanas en el estado, ni han respondido ha solicitudes de comentario por parte de EFE.
Sin embargo, las imágenes compartidas a diario en las redes sociales oficiales del Gobierno donde se ve a migrantes entrando en aviones para ser deportados o siendo arrestados por ICE en las calles están «siempre en la mente» de los estudiantes, según contó a EFE Misa Muskee, de 15 años.
«No quiero tener que preocuparme de eso mientras estoy tratando de aprender matemáticas», explicó el joven, de familia mexicana. «Antes teníamos que planear las vías de escape por si había tiroteos y ahora es por si llega ICE».