Venezuela se encuentra sumida en un torbellino de protestas y actos de desafío tras las controvertidas elecciones presidenciales. Un epicentro de esta conmoción ha ido acompañado con la demolición sistemática de monumentos dedicados a Hugo Chávez, figura emblemática de la Revolución Bolivariana.
La ira ciudadana toma forma concreta
La tensión política ha alcanzado su punto álgido con la destrucción de cinco efigies del fallecido mandatario en un lapso de apenas 24 horas. Estos actos, lejos de ser aislados, reflejan un sentimiento de indignación generalizado entre los opositores al régimen actual.
Un caso emblemático tuvo lugar en La Guaira, localidad costera próxima a Caracas. Allí, una imponente estatua de 3,5 metros de altura, erigida en 2017 por iniciativa del mandatario Nicolás Maduro, fue derribada en un acto de rebeldía colectiva. El monumento, reducido a escombros y barras de metal retorcidas, simboliza para muchos el declive de un sistema político.
La caída de los colosos
Un testigo presencial, que solicitó el anonimato por temor a represalias, describió la escena a la agencia AP: “Los gritos de ‘este gobierno va a caer’ resonaban mientras la estatua era arrastrada por motocicletas, rociada con combustible e incendiada”. Este acto, según el manifestante, representa un golpe al poder simbólico del régimen: “Cada vez que atacamos uno de sus símbolos, les arrebatamos parte de su fuerza”.
No es la primera vez que los monumentos chavistas son blanco de la ira popular. Episodios similares se registraron durante las protestas de 2017 y 2019. Sin embargo, la magnitud y sincronización de los recientes ataques subrayan la profundidad del descontento actual.
La chispa que encendió esta nueva ola de protestas fue la declaración del Consejo Nacional Electoral, que proclamó a Nicolás Maduro como vencedor de los comicios del domingo 28 de julio. La oposición, por su parte, asegura que su candidato, Edmundo González, obtuvo más del doble de votos que el actual mandatario.
La respuesta oficial no se hizo esperar. En La Guaira, un agente de inteligencia militar de civil impidió a los periodistas documentar los restos de la estatua destruida, argumentando que el país se encuentra “en guerra” y que cualquier falta de respeto hacia Chávez ofende a millones de venezolanos que veneran al ex paracaidista militar y símbolo antiimperialista.
Maduro contraataca
Nicolás Maduro, en un discurso televisado la noche del lunes 29 de julio, confirmó varios arrestos relacionados con estos incidentes. Comparó las imágenes de la destrucción con escenas de revoluciones respaldadas por Estados Unidos en países postsoviéticos como Ucrania y Georgia.
“¿Qué tienen en la cabeza estas personas? ¿En el corazón?”, cuestionó Maduro, mientras proyectaba imágenes de algunos ataques. “Imagínense si un día llegan al poder aquí, de lo que serían capaces”, añadió, en un intento por deslegitimar a la oposición.
Un futuro incierto
Mientras Venezuela se debate entre la preservación del legado chavista y los anhelos de cambio de una parte significativa de su población, el país se adentra en un periodo de incertidumbre. En este contexto de alta tensión, tanto el gobierno como la oposición se enfrentan al desafío de encontrar vías de diálogo que permitan superar la crisis y restaurar la estabilidad en un país profundamente dividido.