Las sanciones internacionales impuestas al régimen de Nicolás Maduro han obligado a Venezuela a reconfigurar sus relaciones comerciales, especialmente en el sector aurÃfero. Ante la necesidad de encontrar nuevos destinos para el oro, al régimen de Caracas ha encontrado en LÃbano un socio clave, estableciendo un dinámico intercambio que va más allá del oro. Con información de Armando.Info.
En 2019, la situación cambió drásticamente. Las sanciones económicas de Estados Unidos al sector aurÃfero venezolano llevaron a Maduro a buscar nuevos destinos para exportar el metal precioso, esquivando asà las penalizaciones. LÃbano emergió como un prominente comprador, convirtiéndose rápidamente en una plataforma de tránsito para el oro venezolano hacia el mercado internacional.
Desde ese año, las exportaciones de oro venezolano a LÃbano no han parado de crecer. Datos del Departamento de Aduanas de LÃbano revelan un aumento significativo: de 348 kilos en 2019, valorados en 10,8 millones de dólares, a 2,9 toneladas en 2022, por 147,4 millones de dólares. En tres años, LÃbano se posicionó como el segundo mayor comprador de oro venezolano, superado solo por Uganda.
Entre 2019 y agosto de 2023, Venezuela exportó 9,2 toneladas de oro a LÃbano, equivalentes a 327,3 millones de dólares, representando el 8% del total de importaciones de oro libanés. Este intercambio comercial se ha descrito como un trueque de oro por aceite de oliva, conocido como “oro verde”, destacando la importancia de productos agrÃcolas libaneses en este comercio bilateral.
Pese a la distancia de más de 10.000 kilómetros, Venezuela y LÃbano comparten lazos comerciales, sanciones económicas y una notoria opacidad en sus finanzas. En Venezuela, la explotación del Arco Minero del Orinoco se maneja con gran secretismo, sin datos oficiales sobre las exportaciones de oro. Similarmente, en LÃbano, no se divulgan los nombres de las entidades involucradas en la importación y exportación del oro.
El comercio de oro en LÃbano también está marcado por la incertidumbre polÃtica y económica del paÃs, posicionándose como un valor refugio en tiempos de crisis. LÃbano, sin producción aurÃfera propia, ha importado y exportado grandes cantidades de oro, muchas veces de origen incierto o proveniente de zonas de conflicto, para luego legalizarlo y reexportarlo a mercados como Suiza.