Estados Unidos confirmó este viernes la expulsión de un científico francés, aunque no por sus opiniones sobre el presidente Donald Trump expresadas en redes sociales, sino por la información «confidencial» que poseía sobre un laboratorio en Nuevo México (EE.UU.).
El científico, cuyo nombre no se ha revelado y que se especializa en la investigación del espacio, llegó el pasado 9 de marzo al aeropuerto de Houston (Texas) para asistir a una conferencia en esa ciudad, pero, tras revisar sus dispositivos electrónicos, no se le permitió la entrada a EE.UU..
«El investigador francés en cuestión estaba en posesión de información confidencial en su dispositivo electrónico sobre el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en violación de un acuerdo de confidencialidad, algo que admitió haber recogido sin permiso e intentó ocultar”, aseguró Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional.
Sin embargo, de acuerdo con Philippe Baptiste, ministro francés de Educación Superior, el científico fue devuelto a su país porque presuntamente había en su teléfono intercambios de mensajes con colegas y amigos en los que expresó su “opinión personal” sobre las políticas científicas y de investigación del presidente Trump.
McLaughin aseguró que esa afirmación de Baptiste es «descaradamente falsa».
Baptiste, que antes dirigió el Centro Nacional de Estudios Espaciales en Francia, ha dicho que no ha conversado con el científico pero la agencia que dirige ha estado en contacto con él.
El ministro reconoce que cada país es libre de regular sus fronteras, pero asegura que el caso del científico es «extraordinariamente atípico» y «tema de preocupación».
Se desconoce cuándo o cómo el francés pudo haber trabajado o interactuado con el laboratorio de Los Álamos, que se especializa en la investigación clasificada sobre el diseño de armas nucleares, pero también de otros temas. Es conocido como un lugar que fue clave en el desarrollo de la bomba atómica.
La Academia Francesa de Ciencias protestó el jueves por lo ocurrido a través de un comunicado, porque «socava gravemente las libertades fundamentales del mundo académico: libertad de pensamiento, de expresión y de viaje».
La pasada semana a la nefróloga libanesa Rasha Alawieh, profesora de la Universidad de Brown en Rhode Island y con visado vigente para trabajadores extranjeros en ocupaciones especializadas, se le negó la entrada al llegar al aeropuerto de Boston, en Massachussetts, tras revisar las fotos en su celular.
El Gobierno de EE.UU. reprocha a Alawieh el haber asistido el pasado febrero en Beirut al funeral de Hasán Nasrala, líder de Hizbulá, un grupo libanés considerado terrorista por este país.
EFE
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