Donantes multimillonarios, seguidores fervientes, pero también perfiles controvertidos: Donald Trump ha marcado la pauta de su segundo mandato eligiendo una administración en la que la lealtad a sí mismo prima sobre cualquier otro criterio.
AFP
El republicano, que volverá a la Casa Blanca el 20 de enero, insiste en que ha aprendido las lecciones de su primer mandato, cuando su gobierno estaba formado por republicanos experimentados que no se identificaban necesariamente como trumpistas puros.
«El mayor error que cometí fue elegir a gente (…) que no debería haber elegido», personas «desleales o malas», dijo en octubre el expresidente al podcaster estrella Joe Rogan.
Entre las personas a las que apuntaba su comentario está su exvicepresidente Mike Pence, que el 6 de enero de 2021 se negó a bloquear la certificación de la victoria de Joe Biden por parte del Congreso, en contra de las órdenes del entonces presidente Trump.
Esta vez, el presidente electo espera haber elegido a un vicepresidente que le siga hasta el final: J.D. Vance.
Desde su victoria el 5 de noviembre, «lealtad, lealtad, lealtad» ha sido la consigna de Trump a la hora de componer su gobierno, explica a la AFP Julian Zelizer, profesor de la Universidad de Princeton.
En particular, el presidente electo nombró a Kash Patel, exfuncionario de alto nivel del Pentágono durante su primer mandato, para dirigir la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). En 2023, Patel aseguró que si asumiera cargo del FBI, las agencias policiales «perseguirían» a los periodistas, así como a ciertos funcionarios de la administración Biden.
– Mirada de multimillonarios –
El magnate inmobiliario también quiso rodearse de sus colegas multimillonarios. Se espera que al menos cinco de ellos formen parte del gabinete, entre ellos el financiero Howard Lutnick en Comercio y la exjefa de lucha libre Linda McMahon en Educación.
Se prevé que la riqueza acumulada de la administración Trump versión 2.0 ronde los 11.000 millones de dólares, mientras que la de la administración de Biden rondaba los 118 millones, según Forbes.
Y eso sin contar al hombre más rico del planeta, Elon Musk, que junto con el multimillonario Vivek Ramaswamy fue elegido para dirigir un órgano asesor encargado de recortar el gasto público.
También hay un sinfín de hombres y mujeres de negocios adinerados en puestos de embajadores o como directores de agencias federales, la mayoría de los cuales han contribuido económicamente a la campaña de Trump.
Esta amalgama de multimillonarios y fieles da como resultado un gobierno con perfiles a veces muy diferentes y una ideología un tanto heterogénea, sobre todo en lo que respecta al derecho al aborto y al calentamiento global.
Zelizer pone el ejemplo de la elección de Lori Chávez-DeRemer como secretaria de Trabajo: esta exlegisladora republicana tiene fama de ser cercana a los sindicatos, en contraste con las posiciones de muchos de los jefes del nuevo gobierno de Trump.
Para el profesor, sin embargo, «la mayoría de ellos siguen formando parte de la coalición ideológica» de la que Trump «dependía para ser elegido», y el nuevo gobierno debería mantener una línea uniforme.
– Controversias –
Algunas de sus elecciones poco ortodoxas también han estado acompañadas de cierta controversia.
Trump ya tuvo que lidiar con la retirada forzada de Matt Gaetz, su primera opción para secretario de Justicia, que tiró la toalla tras las acusaciones de mantener relaciones sexuales con una menor de edad.
Pete Hegseth, exmilitar y presentador de Fox News, fue elegido para ser secretario de Defensa, pero ha sido acusado de agresión sexual y abuso de alcohol.
Robert F. Kennedy Jr., sobrino del presidente asesinado JFK, fue propuesto como ministro de Salud, a pesar de su falta de formación científica y su postura antivacunas. Setenta y siete premios Nobel escribieron recientemente una carta abierta oponiéndose al nombramiento.
No es seguro que todos estos nombres sean confirmados por el Senado estadounidense, donde los republicanos dispondrán de una escasa mayoría a partir de enero.
Para Adnan Rasool, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Tennessee en Martin, a pesar de un «pequeño número de elecciones inexpertas», Trump ha seleccionado un gobierno «bastante tradicional» al rodearse de «muchos políticos veteranos y multimillonarios».
«Esto significa que entienden lo que está en juego, y ninguno de ellos tiene verdadero interés en barrer el sistema más allá de lo necesario para apaciguar a la base trumpista», sostiene.
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