Estados Unidos ratificó este jueves su compromiso de trabajar junto con Japón y Corea del Sur en la defensa de la región Asia-Pacífico y, específicamente en su caso, en el apoyo a Ucrania en la guerra contra Rusia, que se vio perjudicada por el despliegue de miles de soldados norcoreanos en el campo de batalla.
En el marco de la cumbre de Líderes Económicos de la APEC que se desarrolla esta semana en Perú, Brian Nichols, subsecretario de Estado estadounidense para Asuntos del Hemisferio Occidental, y Daniel Kritenbrink, su par para Asuntos del Este de Asia y Pacífico, resaltaron la importancia de mantener a las dos regiones unidas en los tiempos que corren ya que no afrontan desafíos individuales sino amenazas que alcanzan a todos.
“Las cuestiones de seguridad son indivisibles”, comenzó apuntando Kritenbrink antes de referirse puntualmente al despliegue de más de 10.000 soldados norcoreanos en Rusia, que los aliados de Occidente llevan semanas denunciando. Según las últimas estimaciones de servicios de inteligencia, el contingente de hombres se instaló primero en campos de entrenamiento militar y, tras días de prácticas, fueron enviados al frente.
De momento, se encuentran activos en la región fronteriza de Kursk donde, inclusive, ya se registraron los primeros encuentros con tropas ucranianas.
“No es ningún secreto que este despliegue norcoreano para su uso en el campo de batalla es una medida profundamente desestabilizadora y de escalada que tendrá repercusiones en Europa y Asia Pacífico”, señaló el Subsecretario para Asuntos del Este de Asia y Pacífico.
Sin embargo, destacó la rápida colaboración de los aliados para hacer frente a esta situación y aseguró que “nos hemos comprometido a tomar medidas en respuesta” para evitar que Rusia saque ventaja con este tipo de acciones.
Estos planes se sumarán, también, a los que Japón y Corea del Sur ya tienen en marcha contra Pyongyang y Beijing, por sus amenazas en otros frentes, como el del cada vez más poderoso programa balístico y nuclear norcoreano, o las reiteradas intimidaciones a Taiwán, en señal de amenaza a su soberanía.
De hecho, sin ir más lejos, la víspera las partes iniciaron las maniobras militares conjuntas en el Mar Oriental conocidas como “Freedom Edge”, con el objetivo de demostrar su “firme voluntad” por defender la paz y la estabilidad.
En ese sentido, Kritenbrink valoró “la creciente naturaleza de nuestra red de cooperación”, que se vio plasmada con “esta alianza (…) uno de los avances más significativos”, producto del trabajo del último tiempo. “Nuestro objetivo ha sido asegurarnos que esta cooperación se institucionalice al máximo, para que perdure y contribuya a nuestra seguridad compartida”, insistió.
Por su parte, Nichols sumó que la Administración de Joe Biden sigue comprometida durante sus últimas semanas en la Casa Blanca y continúa “trabajando en temas importantes para nosotros y para Asia Pacífico”. “Hemos hecho enormes progresos en el año y, ahora, estamos sellando ese proceso y avanzando para mejorar la vida de nuestros pueblos y aumentar la prosperidad en la región”, continuó.
A pesar de las transiciones políticas tanto en Japón como en Estados Unidos, el secretario de Estado, Antony Blinken, adelantó que este compromiso no se verá afectado, sino que prevalecerá con más “determinación” aún.
“Tenemos transiciones políticas en Japón y Estados Unidos, pero este gobierno tripartito, independientemente de esas transiciones, seguirá siendo vital para el futuro de nuestros tres países, un futuro que estamos trabajando para forjar juntos”, confió.
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