A la condena acudieron la esposa, hija y yerno del acusado, así como una amplia representación de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, la DEA, el FBI y la prensa.
Genaro García Luna, quien alguna vez fue visto como el arquitecto de la guerra contra el narcotráfico en México, fue sentenciado a 38 años de prisión en Estados Unidos por aceptar sobornos de los mismos cárteles a los que debía combatir. Su caída en desgracia marca un punto crítico en la historia de la lucha contra el narcotráfico y revela las profundidades de la corrupción en el sistema de seguridad mexicano.
El Fin de una doble vida
El miércoles, en una sala abarrotada de la corte federal de Brooklyn, el juez Brian Cogan dictó la sentencia que selló el destino de García Luna. “Vivió una doble vida”, declaró el juez al pronunciar su decisión. Durante su mandato como secretario de seguridad pública de México (2006-2012), García Luna lideró operaciones clave contra los cárteles de la droga, pero en la sombra, aceptaba millones de dólares del Cártel de Sinaloa a cambio de su protección.
El fiscal estadounidense presentó evidencia de que García Luna facilitó el transporte de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y aseguró que los principales líderes del Cártel de Sinaloa, como Joaquín “El Chapo” Guzmán, evadieran la captura. A pesar de su elocuencia y comportamiento en la corte, el juez Cogan dejó claro que su contribución a la expansión del narcotráfico había causado daños incalculables tanto en México como en Estados Unidos.
Una sentencia larga pero no perpetua
Los fiscales habían pedido una cadena perpetua, argumentando que el exfuncionario fue el principal protector de los intereses de los narcotraficantes en México. No obstante, Cogan decidió imponer una sentencia de 466 meses, equivalente a 38 años, afirmando que García Luna “debería tener algo de luz al final del túnel”. Esta decisión fue, en parte, influenciada por los informes que demostraron que había enseñado a otros reclusos en la prisión de Brooklyn, lo que fue tomado como un gesto positivo por parte del acusado.
Sin embargo, esta luz al final del túnel no eclipsa la magnitud de las acciones criminales que cometió. Durante el juicio, varios miembros del Cártel de Sinaloa testificaron en su contra, describiendo cómo García Luna aceptaba maletas llenas de dinero a cambio de no interferir en sus actividades ilegales.
$2 millones de dólares en sentencia monetaria
García Luna deberá pagar una sentencia de $ 2 millones, la mitad deberá ser depositado de inmediato. El abogado de la defensa, César de Castro dijo que su cliente no tenía disponibilidad financiera porque el gobierno de Estados Unidos le había congelado sus cuentas, le confiscó sus propiedades y destruyó su negocio que le había costado 20 años de trabajo. No quedó determinado cómo y cuándo podrá pagar el expolicía mexicano la sentencia de dinero. El gobierno pedía más de $8 millones.
El colapso de un ícono antinarco
La carrera de García Luna comenzó a finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando fue director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), y luego ascendió a la Secretaría de Seguridad Pública bajo la presidencia de Felipe Calderón. Bajo su liderazgo, las fuerzas de seguridad mexicanas intensificaron su lucha contra los cárteles, generando numerosos arrestos y operaciones de alto perfil. No obstante, lo que parecía una ofensiva decidida contra los narcotraficantes, en realidad estaba manchado por acuerdos oscuros con el Cártel de Sinaloa.
En el juicio que culminó en su condena en febrero de 2023, los fiscales revelaron un patrón de complicidad que exponía la corrupción en las altas esferas del gobierno mexicano. García Luna no solo protegió a los narcotraficantes, sino que también permitió que sus operaciones florecieran, lo que resultó en un incremento significativo de la violencia y la criminalidad en todo México.
A los 38 años se le restan los 4 años y 11 meses que ha pasado detenido en Brooklyn, y las reducciones pertinentes a buena conducta, aportes comunitarios, y otros beneficios. Pagará su condena en una cárcel de mediana seguridad en las cercanías de Washington DC, aunque el juez Cogan aún no lo ha determinado.
Las repercusiones políticas
El caso de García Luna no sólo desvela los profundos vínculos entre los cárteles y las instituciones mexicanas, sino que también revela cómo los carteles de la droga se han colado en la política, los partidos y los gobiernos. Durante el juicio, García Luna lanzó acusaciones contra el expresidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, alegando que el gobierno de Morena tenía vínculos con el narcotráfico. Estas acusaciones han avivado el debate sobre la relación entre el Estado mexicano y el crimen organizado.
Por su parte, López Obrador ha utilizado el caso de García Luna como un ejemplo de los excesos y la corrupción de los gobiernos anteriores, específicamente los del Partido Acción Nacional (PAN) al que pertenecía el expresidente Calderón. En varias ocasiones, el presidente ha destacado que su administración es diferente y está comprometida a luchar contra la corrupción que ha infectado a las instituciones mexicanas.
López Obrador ha sido señalado de estar supuestamente vinculado a los carteles, incluyendo un señalamiento hecho por el líder del cártel de Sinaloa, El Mayo Zambada, ahora en custodia de las autoridades de los Estados Unidos.
Expresidente Calderón reacciona ante la sentencia
En relación a la sentencia de quien fuera su Secretario de Seguridad Nacional, el expresidente de México, Felipe Calderón, afirmó que, durante su mandato, no tuvo acceso a pruebas que implicaran a García Luna en actividades ilícitas. “Nunca tuve evidencia verificable que lo involucrara con actividades ilícitas, ni tampoco recibí información en ese sentido de agencias de inteligencia, mexicanas o extranjeras, que entonces confiaban en él e interactuaban con él”. Según el expresidente, durante el tiempo en que García Luna fungió como secretario de seguridad pública, las agencias de inteligencia nacionales e internacionales mantenían una relación de confianza con él.
A pesar de no haber estado directamente involucrado en el proceso judicial, Calderón subrayó su respeto por las decisiones de los tribunales estadounidenses. “No he tenido acceso a las evidencias ni a los testimonios que se presentaron en el juicio, pero soy hombre de leyes y respeto la acción de los tribunales. Asumo que han actuado conforme a su leal saber y entender”. Además, enfatizó que quien infrinja la ley debe asumir las consecuencias de sus actos, reafirmando su convicción de que el Estado de derecho debe prevalecer.
Calderón mantuvo una postura cautelosa, haciendo énfasis en el contexto en el que García Luna operaba bajo su gobierno, cuando no existían indicios claros de los vínculos del exsecretario de seguridad con el crimen organizado.
La lucha continúa
Con su sentencia, Genaro García Luna se une a una lista de figuras prominentes del narcotráfico que han caído bajo la justicia estadounidense, incluido el propio Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien cumple cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Colorado. Sin embargo, el caso de García Luna destaca por la traición de un alto funcionario que, bajo la apariencia de ser un defensor de la ley, operaba como cómplice de los criminales.
García Luna podrá apelar la sentencia en los próximos 14 días, según informó el juez Cogan a su defensa.
A la salida de la corte había un grupo de militantes del gobierno mexicano manifestando su entusiasmo por la larga condena al ex poderoso funcionario.
Tomado de Genaro García Luna fue sentenciado a 466 meses de prisión por un juez de EE. UU.