La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) se instaló este lunes en la ciudad de Manaos, en plena Amazonía brasileña, para continuar un ciclo de consultas sobre la responsabilidad de los Estados frente a la crisis climática.
El objetivo de estas audiencias es atender a una demanda de Chile y Colombia, que han solicitado una «opinión consultiva» de la CorteIDH en relación a la respuesta que los Estados deben dar a la emergencia climática en el marco de los derechos humanos.
Las audiencias en Manaos se prolongarán hasta el miércoles y se celebran en el centenario Teatro Amazonas, inaugurado en 1896, donde este lunes fueron escuchadas organizaciones de la sociedad civil, que en su mayoría pusieron énfasis en las dificultades que las víctimas de desastres medioambientales enfrentan para el acceso a la justicia.
Patricia Galvão, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil, siglas en inglés), subrayó la «asimetría que suele existir entre los litigantes» en los procesos por cuestiones medioambientales.
En muchos casos, según organizaciones de varios países de América Latina, los litigios enfrentan a comunidades indígenas o campesinas con los propios Estados o con empresas volcadas a la minería o el petróleo, algunas de ellas multinacionales de enorme «poder político y económico».
Galvão también consideró que existe un «déficit de formación» en materia de medioambiente en jueces y abogados, por lo cual sugirió que la CorteIDH estudie la «posibilidad de que se establezcan políticas de capacitación permanente» en cuestiones climáticas.
En ese mismo sentido se expresó la Asociación Ambiente y Sociedad de Colombia, que más allá de las debidas garantías para el acceso a la justicia por parte de las víctimas, reclamó que se refuercen las medidas de protección a los defensores del medioambiente.
Esa organización sostuvo que «la triple crisis global de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación» adquiere otra dimensión en Colombia, pues el conflicto interno dificulta también la protección del medioambiente, lo cual representa un riesgo mayor para las poblaciones campesinas e indígenas.
Las sesiones de la CorteIDH en Manaos dan continuidad a un debate iniciado en abril pasado en Barbados y que se reanudó la semana pasada en Brasilia, en el marco del 167 período de sesiones del tribunal interamericano.
En las dos audiencias que restan en esa ciudad amazónica serán escuchados, entre otros, miembros de comunidades indígenas, que de acuerdo a la propia CorteIDH están entre los más golpeados por el cambio climático, pese su «ancestral» defensa del medioambiente. EFE
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