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Víctor de Aldama, conocido comisionista enredado en un esquema de fraude millonario vinculado a licencias de hidrocarburos, adquirió en diciembre de 2023 siete pisos de lujo y cuatro plazas de garaje en la exclusiva calle Claudio Coello de Madrid. Los inmuebles pertenecían a Omar Farías Pacheco, hijo del empresario venezolano Omar Farías Luces, figura cercana al régimen de Nicolás Maduro y apodado “el zar de los seguros”. Sorprendentemente, la operación se cerró por poco más de tres millones de euros, una cifra que contrasta con el valor real de mercado de estas propiedades, que podría superar los 8 millones. Con información de The Objetive.
Los pisos adquiridos por Aldama, situados en las plantas quinta y sexta del edificio, fueron transformados en un dúplex de 670 metros cuadrados. Según fuentes, Aldama planeaba convertir este dúplex en un tríplex con piscina e invernadero, con la intención de venderlo por 15 millones de euros. Sin embargo, sus planes se interrumpieron tras su ingreso en prisión en octubre por su presunta participación en un esquema de fraude fiscal de 182 millones de euros.
La transacción se realizó a través de Mosquito Red 23, una sociedad creada dos meses antes de la compra, bajo la dirección de Luis Miguel Triguero Gómez, conocido creador de empresas fantasma en España. Estas sociedades suelen usarse para ocultar flujos de dinero ilícitos y dificultar el rastreo por parte de las autoridades.
Omar Farías Luces, relacionado con el saqueo de PDVSA, posee siete lujosos pisos en Madrid
Omar Farías Luces, antiguo propietario de los inmuebles, acumula un largo historial de escándalos financieros. Dueño de Seguros Constitución y protagonista de casos de corrupción ligados a PDVSA, Farías ha sido señalado en el caso de Banca Privada de Andorra, donde se le atribuye haber blanqueado más de 2.000 millones de dólares. Además, enfrentó acusaciones en República Dominicana por su implicación en el colapso del Banco Peravia, un caso que dejó decenas de víctimas y desvió millones mediante empresas ficticias.
La relación entre Aldama y Farías es un claro ejemplo de cómo redes corruptas trascienden fronteras. Farías adquirió las propiedades en 2010 por nueve millones de euros, pero las vendió a Aldama por apenas un tercio de su valor original. Los inmuebles, decorados con obras de artistas como Fernando Botero, se describen como símbolos de un lujo ostentoso y, según empresarios, “mucho dinero y poco gusto”.
El caso refleja un patrón recurrente en las redes de corrupción: desde fraudes bancarios hasta blanqueo de capitales a través de bienes raíces. Mientras Aldama permanece en prisión y reclama la devolución de sus bienes embargados, este episodio pone de manifiesto cómo las fortunas ilícitas construidas en regímenes autoritarios encuentran refugio en mercados internacionales.
La compra de estos inmuebles de lujo por un precio sospechosamente bajo expone los tentáculos de la corrupción venezolana en Europa y su conexión con redes criminales más amplias. Las autoridades deberán enfrentar el desafío de desmantelar estas operaciones opacas y garantizar que quienes participan en ellas enfrenten las consecuencias legales correspondientes.