Venezuela ha decidido prohibir la minerÃa de bitcoin en todo su territorio, desmantelando las granjas de minerÃa para proteger el sistema eléctrico nacional del alto consumo energético que estas actividades generan. Sin embargo, aún no se ha aclarado si la prohibición es definitiva o temporal. El paÃs, conocido por sus bajos costos eléctricos, habÃa sido un destino atractivo para la criptominerÃa. Con información de Observatorio Blockchain.
El Ministerio del Poder Popular para la EnergÃa Eléctrica (MPPEE) ha ordenado desconectar los equipos de minerÃa en todo el paÃs para garantizar la eficiencia y funcionamiento del servicio eléctrico. El sistema eléctrico venezolano ha sufrido un deterioro progresivo durante las últimas dos décadas, resultando en racionamientos, apagones y cortes abruptos. En 2024, una nueva oleada de apagones ha subrayado el precario estado del sistema eléctrico nacional, y las autoridades han señalado a las granjas de minerÃa de bitcoin como responsables, catalogándolas como “usuarios de alto consumo”.
El plan del MPPEE y la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) incluye operativos policiales para desconectar los equipos de minerÃa, con el apoyo de gobernantes locales. En el estado Carabobo, ya se han incautado más de 11,000 equipos de minerÃa ASIC, según las autoridades de ese estado.
La minerÃa de bitcoin se legalizó en Venezuela en 2020 bajo la supervisión de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (SUNACRIP). Sin embargo, el colapso de SUNACRIP debido a la cripto-corrupción de Pdvsa ha dejado la regulación de la minerÃa en un limbo. La reestructuración del organismo ha afectado a las granjas con licencia, obligándolas a apagar sus equipos mientras esperan una renovación de su documentación.
La prohibición de la minerÃa de bitcoin en Venezuela plantea incertidumbre sobre el futuro de la criptominerÃa en el paÃs. Mientras las autoridades buscan proteger el sistema eléctrico, la falta de claridad sobre la duración de la medida genera inquietud entre los mineros y la comunidad cripto. La situación sigue desarrollándose, y la comunidad internacional observa atentamente cómo Venezuela maneja esta prohibición en un contexto de crisis energética y regulatoria.