Monseñor Alberto Ortega Martín, nuncio apostólico en Venezuela, dirigió a los zulianos una homilía llena de reflexiones que llamaron a la esperanza, el encuentro y la alegría. Además, resaltó las virtudes marianas como parte de la celebración de los 315 años de renovación milagrosa de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
El prelado enfatizó su discurso en algunos extractos de las palabras del papa Francisco, por lo que pidió a los devotos de La Chinita a «ser artífices de paz«.
«En las angustias de nuestro corazón y tiempos hay esperanza», señaló al tiempo que instó a no «hundirnos en el desánimo».
«Vivimos nosotros tiempos recios, nada fáciles, que necesitan amigos fuertes», agregó monseñor.
El representante de Vaticano en Venezuela añadió que Francisco llama a la Iglesia a «mantener el asombro por las obras de Dios, no darlos por descontados y dar testimonio de estos dones».
«La fidelidad en las cosas sencillas. Estamos llamados a decir Sí a Dios en las situaciones concretas de la vida».
Sobre su encuentro con la grey y la Virgen de Chiquinquirá, Ortega Martín manifestó su alegría al tiempo que se mostró agradado de transmitir el mensaje del Santo Padre a pueblo zuliano.
Damos gracias a Dios por las bendiciones que nos da ella. Esta fiesta trae para cada uno de nosotros un mensaje de paz y esperanza que siempre son necesarios. También un llamado a la alegría», comentó.
El nuncio además exaltó las virtudes de la Dama del Saladillo. «María es grande porque respondió el llamado de Dios. Vemos en ella modelo a lo que estamos llamados a vivir nosotros. Dios cuenta con nosotros», refirió.
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