Ecuador se convierte en un Estado fallido de no tomarse las previsiones necesarias para atender los problemas estructurales que presenta en la actualidad. Así lo advierte el coronel, Mario R. Pazmiño S., experto en seguridad y desarrollo y exdirector de Inteligencia ecuatoriano.
El especialista deja sentado que aun cuando Ecuador no ha colapsado por completo, el deterioro de su institucionalidad podría derivar a ello. Y es que el precario funcionamiento de las instituciones apenas le permite al gobierno ejercer cierto control en el país.
Y si bien Ecuador continúa siendo reconocido internacionalmente como un Estado soberano, la nación está afectada por flagelos como el narcotráfico que lo ha transformado —en menos de tres décadas— en un centro neurálgico para el tráfico de drogas en menos.
“Ya no es solo un país de tránsito, sino también una plataforma clave para la exportación de cocaína y las operaciones de cárteles internacionales. La incapacidad del Estado para frenar la operación de estas redes dentro de sus fronteras es una clara señal de su debilitamiento”, alerta.
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¿Qué es un estado fallido?
El coronel Pazmiño recuerda que el término “Estado fallido” se refiere a países que, si bien tienen apariencia de soberana ante la comunidad internacional, perdieron su capacidad de ejercer el control efectivamente en el interior de sus fronteras.
Subraya que, aunque el término ha adquirido sonoridad desde finales del siglo XX, es una categoría que se conoce y se aplica desde 1648, desde la creación del sistema de Estados tras la Paz de Westfalia.
“Un ‘Estado fallido’ sigue siendo, en teoría, un Estado soberano, pero ha perdido la capacidad real de ejercer su autoridad. En estos casos, el Estado deja de monopolizar el uso legítimo de la fuerza mientras que las estructuras que garantizan la seguridad y el bienestar de la sociedad colapsan. Instituciones claves como la Fuerza Pública y el Sistema Judicial se ven incapacitadas o en el peor de los escenarios, se subordinan al crimen organizado”, explica.
Refiere que el colapso de los países y su transformación en Estados fallidos se manifiesta de dos maneras:
El desvío de los objetivos de las instituciones gubernamentales, las cuales, en lugar de cumplir con su función de mantener el orden, los derivan hacia la actividad delictiva e ilícita, tal como el narcotráfico y la minería ilegal, entre otras.
Desbordamiento de la violencia, la cual se extiende y carcome la estructura del Estado.
Ecuador en peligro
La degradación de las instituciones de Ecuador está llevando el país a perder la gobernanza.
Mario R. Pazmiño S. considera que en Ecuador el crimen organizado ha alcanzado gran preminencia, lo cual ha socavado el control que el gobierno debe ejercer sobre el mismo. Igualmente, indica, la violencia criminal se ha disparado frente a un estado que se muestra incapaz de frenarla.
Del mismo modo, sostiene que la corrupción se infiltró en sectores fundamentales como el sistema judicial y las fuerzas de seguridad lo que ha destruido la gobernanza.
La inestabilidad política es, entre otras, manifestación de la incapacidad del estado ecuatoriano para mantener gobiernos estables y acuerdos duraderos entre los protagonistas de la vida política del país.
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Tomado de ¡Peligro! Ecuador se convierte en un Estado fallido