Cuba podría enfrentar en 2024 una nueva contracción de su Producto Interno Bruto (PIB) debido a dos huracanes, dos sismos recientes y una persistente crisis energética, según anunció este jueves la dictadura cubana.
Durante una conferencia de prensa, el ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez, advirtió que estos eventos han impactado “indiscutiblemente” la economía nacional, la cual ya mostraba signos de debilidad a pesar de leves mejoras en indicadores como el déficit fiscal.
Alonso señaló que, bajo las actuales circunstancias, “no debe crecer” el PIB en 2024, aunque aclaró que las estimaciones siguen siendo preliminares. De confirmarse esta previsión, sería la segunda caída consecutiva del PIB cubano, tras una contracción del 1,9% en 2023. Aun así, el PIB de la isla se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia, debido a una combinación de la crisis sanitaria, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y decisiones económicas internas.
Según Alonso, uno de los factores críticos es la falta de suministro estable de combustible y la interrupción de la electricidad en gran parte del país, lo que impacta directamente en la dinámica económica.
“El desarrollo económico de un país depende en gran medida de la energía, y nosotros hemos tenido afectaciones eléctricas durante todo el año”, explicó el ministro, quien también mencionó las deficiencias en el abastecimiento de gasolina y diésel.
El ministro citó un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que prevé una caída del PIB cubano del 0,4% para este año. Aunque admitió no conocer los detalles de esta metodología, afirmó que “no hay que hacer muchos estudios” para prever un resultado similar.
Por otra parte, el 44% del territorio de Cuba enfrenta apagones simultáneos durante la tarde-noche de este jueves, en una nueva jornada marcada por altos índices de interrupciones eléctricas. Esta situación refleja la crisis energética que afecta actualmente al país.
La tasa de afectación eléctrica de este jueves se sitúa nuevamente entre las más elevadas desde el apagón general ocurrido hace una semana, provocado por los vientos del huracán Rafael al pasar por el oeste de Cuba, según el informe diario de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).
Expertos señalan que la actual crisis energética en Cuba se debe a la falta de combustible y a las averías en las centrales termoeléctricas obsoletas del país, afectadas por un grave déficit de mantenimiento e inversión.
Desde finales de agosto, la crisis energética en Cuba ha empeorado, con dos apagones totales en el último mes: el primero causado por una escasez de combustible y una avería en la principal termoeléctrica del país. Además, la tasa de déficit pronosticado se ha mantenido cerca del 50%, lo que implica que cinco de cada diez bombillos han permanecido apagados de forma simultánea.
El último informe de la Unión Eléctrica (UNE) indica que seis de las veinte unidades de generación distribuidas en las siete centrales termoeléctricas operativas de Cuba se encuentran averiadas.
La Unión Eléctrica (UNE), entidad adscrita al Ministerio de Energía y Minas, proyecta para la tarde-noche de hoy una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.760 MW, frente a una demanda estimada de 3.020 MW. Este desfase generará un déficit de 1.260 MW, mientras que la afectación real, es decir, los circuitos que serán desconectados, alcanzará los 1.330 MW en el horario de mayor consumo energético.
Desde hace cuatro años, Cuba atraviesa una grave crisis marcada por apagones diarios, falta de productos básicos como alimentos, medicinas y combustible, una inflación que ha triplicado los precios, el avance de la dolarización y una migración masiva sin precedentes.
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