La ley estadounidense de Enemigos Extranjeros de 1798 no solo es vetusta, es una de las más infaustas en la historia del país. Solo se ha aplicado tres veces, siempre en tiempos de guerra, y en la Segunda Guerra Mundial sirvió para enviar a los estadounidenses de origen japonés a campos de prisioneros. Ahora el presidente Donald Trump pretende invocarla en su plan de deportaciones masivas de inmigrantes ilegales para multiplicar sus expulsiones, incluido a Guantánamo, en Cuba.
Trump podría invocar la norma este mismo viernes para ordenar la detención y la deportación de los sospechosos de pertenecer a la pandilla venezolana Tren de Aragua, a la que su Administración ha incluido en la lista de organizaciones terroristas extranjeras, según se ha filtrado a medios estadounidenses. La ley de Enemigos Extranjeros concede a los presidentes estadounidenses poderes extraordinarios para ordenar la detención y deportación de extranjeros mayores de 14 años que procedan de una nación que quiera perpetrar una “invasión o incursión predatoria” de Estados Unidos.
La posibilidad se da a conocer cuando la Administración estadounidense parecía haber pausado, o incluso descartado definitivamente, su plan de enviar inmigrantes irregulares a la base naval de Guantánamo. Un plan que desde su inicio, en enero pasado, ha costado 16 millones de dólares y ha transportado a 290 personas, aunque aparentemente en vano: esta semana se han devuelto a suelo estadounidense los 40 inmigrantes irregulares que aún permanecían en esas instalaciones, según ha confirmado el Pentágono.
Los retornos a territorio de Estados Unidos, por lo menos de momento, se han llevado a cabo de manera tan discreta como explosivo fue el modo en que anunció sus planes el presidente, en una rueda de prensa en el Despacho Oval casi inmediatamente después de su investidura en enero, y mediante una orden ejecutiva. Entonces, Trump anunciaba una previsión de alojar hasta 30.000 inmigrantes irregulares en Guantánamo, donde Estados Unidos mantiene también una prisión para sospechosos de terrorismo islamista y se perpetraron algunos de los peores abusos estadounidenses de los derechos humanos en lo que va de siglo. La idea formaba parte de su proyecto de las mayores deportaciones de la historia del país.
Los 40 inmigrantes que se encontraban en la base naval han sido transportados a Luisiana, donde han quedado retenidos en un centro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estadounidense (ICE) en la ciudad de Alexandria. Hace dos semanas el Departamento de Seguridad Nacional había trasladado a otras 48 personas desde Guantánamo a las mismas instalaciones del ICE. Además, el 20 de febrero Estados Unidos había deportado a un grupo de 177 venezolanos a su país de origen después de enviarlos a Guantánamo.
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