Ante las elecciones en Venezuela y la estrategia de la Casa Blanca de simplemente presionar para que sean libres, un grupo de senadores de ambos partidos, demócrata y republicano, ya se moviliza con la convicción de que Nicolás Maduro no va a abandonar el poder de ningún modo. Estos esgrimen el aumento de la persecución de la sociedad civil y los activistas políticos en Venezuela, citando la continua persecución de María Corina Machado, el arresto de miembros de su campaña, la negativa a ofrecer paso seguro a opositores refugiados en la embajada argentina, y los informes de tortura a prisioneros políticos.
Estos senadores norteamericanos han hecho un llamamiento urgente para el cierre de las prisiones políticas y la liberación de todos los presos políticos, y han pedido a la Administración Biden que imponga sanciones individuales a los funcionarios responsables de estas violaciones. «Estas acciones socavan directamente las condiciones requeridas para una elección presidencial libre y justa», dijeron los legisladores en una comunicación oficial. «Condenamos enérgicamente este peligroso ambiente de intimidación, que erosiona la credibilidad del proceso electoral en curso, dejándonos con pocas dudas de que las elecciones del 28 de julio no cumplirán con las condiciones para ser libres, justas ni democráticas».
Estas peticiones son relevantes porque no proceden sólo del Partido Republicano. A los senadores republicanos Marco Rubio, de Florida, y Bill Cassidy, de Luisiana, se les ha unido el demócrata Ben Cardin, de Maryland, aliado de la Administración Biden. Supone esta postura una reprobación de la estrategia del equipo de Biden de haber tratado de convencer al régimen de que permitiera unas elecciones libres permitiendo la excarcelación del supuesto testaferro del dictador Maduro, el empresario colombiano Alex Saab. Tras la entrega de este a Venezuela, el régimen chavista ratificó la inhabilitación de Machado y detuvo a otros opositores.
La oposición se ha unido en torno a otro candidato, Edmundo González. Otros socios de Maduro, en especial los gobiernos de Brasil y Colombia, han instado al dictador a que acepte los resultados. El presidente colombiano, Gustavo Petro, hasta ha planteado a Maduro que se celebre un referendo sobre cómo los ganadores y perdedores de las elecciones deben aceptar el resultado.
Zapatero
El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, aliado de Maduro, ha defendido en diferentes intervenciones públicas la legitimidad de las elecciones de la dictadura, y ha expresado optimismo sobre la forma en que se van a conducir. A su entender, según dijo recientemente en una entrevista con la agencia Efe, el principal problema de estos comicios son en realidad las sanciones de EE.UU. «Hay que tener un moderado optimismo de que vamos a ir a las elecciones el 28 de julio competitivas y donde los venezolanos podrán decidir quién va a ser el próximo presidente», manifestó Zapatero en esa entrevista.
A pesar de las gestiones de la administración Biden, un reciente informe del servicio de investigaciones del Capitolio, que elabora dossiers para los legisladores, refleja una larga lista desafíos de cara a esas elecciones en Venezuela. Según el documento, se ha dado la violación de varios compromisos del llamado Acuerdo de Barbados con la oposición por parte del gobierno de Maduro, como la exclusión de Machado de la candidatura, la represión creciente contra la oposición y las restricciones impuestas para la plena participación política.
Además, el gobierno ha detenido a personal de campaña de la oposición y defensores de derechos humanos, expulsado al personal de la ONU y aprobado leyes que podrían silenciar a los críticos. Estas acciones, dice el documento, socavan las condiciones necesarias para unas elecciones libres y justas.
Tras la inhabilitación de Machado, el presidente Biden ha forzado un cambio en el equipo que le ha asesorado en materia de Venezuela. En marzo salió del Consejo de Seguridad Nacional el responsable de América Latina, Juan González. Ahora, el que fue embajador para Venezuela desde los años de Donald Trump, James Story, ha sido nombrado embajador en Mozambique. Ambos visitaron Caracas y se vieron con el dictador y otros jerarcas, y se les considera en parte responsables de las concesiones de Biden ante el régimen. En sus gestiones, consiguieron en diciembre la liberación de todos los estadounidenses presos por el chavismo.
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