Después de que millones de ciudadanos de 27 Estados miembros depositaron su papeleta en las urnas, este lunes comienzan unos meses clave para diseñar las instituciones comunitarias para los próximos cinco años.
En el Parlamento Europeo, los grupos de centro proeuropeos han logrado mantener una mayoría aritmética pese al desplome de liberales y verdes, al tiempo que los ultraconservadores y extrema derecha ganan más escaños, a la espera de que las negociaciones de los grupos certifiquen su capacidad real de influencia.
Desde esta misma mañana pueden comenzar las negociaciones para formar grupos políticos. Un grupo político requiere un mínimo de 23 diputados de al menos 7 Estados miembros y estar configurados para cuando comience el primer pleno a mediados de junio les permitirá hacer valer su peso en escaños a la hora de, por ejemplo, repartirse vicepresidencias.
Los siete grupos de la Eurocámara que concluye mandato podrían perder miembros, ganarlos o incluso desaparecer, y podrían aparecer otros nuevos. Aunque no se esperan cambios en los grandes grupos proeuropeos (como populares, socialdemócratas, liberales, o verdes), sí que hay una incógnita abierta sobre cómo se reconfigurarán los ultraconservadores y la extrema derecha.
Primera cena informal de jefes de Estado y de Gobierno para abordar la renovación de la cúpula institucional de la UE. Será el primer contacto oficial en busca de una terna de nombres que satisfagan a todos los líderes y respeten un equilibrio geográfico, político y de género para los cargos de la presidencia de la Comisión Europea, el presidente del Consejo Europeo y el alto representante de la UE para la Política Exterior.
Antes de esa ocasión en Bruselas, algunos de los líderes ya se habrán visto en el G7 que se celebrará la semana anterior en Italia y en una cumbre para la paz en Ucrania que tendrá lugar en Suiza, donde no habrá negociaciones formales, pero sí los primeros contactos informales clave para tantear los ánimos.
Primeras reuniones de grupo en el Parlamento Europeo, en las que los nuevos eurodiputados podrían elegir a sus jefes de grupo. Los primeros serán el Partido Popular Europeo (18 de junio) y los Verdes/Alianza Libre Europea (19 de junio), seguidos de los socialdemócratas y la Izquierda (ambos 25 de junio) y de Renovar Europa y los Conservadores y Reformistas (ambos 26 de junio). Los últimos serán la ultraderecha de Identidad y Democracia, el 3 de julio.
Cumbre formal de jefes de Estado y de Gobierno en la que volverá a la mesa el reparto de los altos cargos, ya que no se espera que se resuelva en la cena informal del 17 de junio.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quiere que esta cumbre concluya con un acuerdo para todos los altos cargos que deben renovarse: la presidencia de la Comisión Europea, la jefatura del Consejo Europeo y el alto representante de la UE para la Política Exterior.
Los líderes no tienen la potestad para elegir al presidente del Parlamento Europeo, pero es probable que en el reparto se incluya un acuerdo sobre qué grupo político presidirá la Eurocámara durante la primera y segunda mitad de la legislatura.
Los 720 diputados electos celebrarán su primer pleno entre el 16 y el 19 de julio en Estrasburgo, un encuentro que dirigirá la actual presidenta, la maltesa Roberta Metsola, quien aún no sabe si repetirá en el cargo.
La primera tarea del nuevo Parlamento Europeo es, precisamente, elegir a su presidente. La legislatura de cinco años se divide en dos presidencias de dos años y medio.
Sobre el papel, el Parlamento Europeo es soberano para elegir a su presidente, pero en la práctica se verá influenciado por el equilibrio al que lleguen los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, particularmente en el color político del candidato a presidir la Eurocámara.
En esa misma sesión, la Eurocámara podría celebrar la votación para aprobar la nominación del presidente de la Comisión Europea que propondrán los Estados miembros, aunque tampoco es descartable que el voto tenga lugar en el segundo pleno de la legislatura, ya en septiembre.
En el caso de que el Parlamento rechace el nombre propuesto, los países tienen un mes para nominar a un segundo candidato por mayoría cualificada. La fecha de la confirmación parlamentaria del candidato a presidir la Comisión condicionará el calendario de la Unión Europea hasta finales de año, ya que los Estados miembros remiten al presidente electo sus propuestas de candidatos a comisarios, uno por cada país, para que después acudan a audiencias con las comisiones parlamentarias de su ramo.