Según Joseph Humire los fundamentos de la política exterior del trumpismo: soberanía del Estado-nación y el reparto de la carga fortalecen a EE. UU. para enfrentar el futuro.
Donald Trump retoma las bases establecidas por los padres fundadores para delinear la política exterior de los Estados Unidos que ahora se conoce como trumpismo. La soberanía del Estado-nación y el reparto de cargas son, pues, los fundamentos de una visión que procura fortalecer el país adentro para que pueda proyectar poder en el extranjero.
Estas son parte de las conclusiones a que llega Joseph Humire, director ejecutivo del Center for a Secure Free Society; miembro visitante en el Instituto Shelby Cullom Davis de Seguridad Nacional y Política Exterior de la Heritage Foundation; y profesor en el Centro Adam Smith para la Libertad Económica de la Universidad Internacional de Florida; luego del análisis de la política exterior del expresidente de EE. UU., Donald Trump, candidato a la reelección.
“Fundamentos de la política exterior del trumpismo” (1), un estudio que se aparecerá en la revista académica Norteamérica, del Centro de Investigaciones de América del Norte (CISAN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el volumen 19 que se publicará a fines de este año y que podemos ahora por su versión adelantada.
Humire establece que la mejor manera de describir el trumpismo es “como una política exterior jacksoniana-jeffersoniana de halcón no intervencionista que contrasta marcadamente con la visión wilsoniana adoptada por varios presidentes estadounidenses recientes, desde George W. Bush hasta Barack Obama, quienes optaron por la intervención militar para perseguir un orden global que probablemente sea imposible de lograr”.
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Los peligros de la globalización
La administración de Donald Trump —2017-2021— desarrolló una política exterior sustentada, no en sus explosivas publicaciones en las redes sociales o en la retórica palaciega, sino en el estudio de sus discursos, las políticas de su gobierno y la gestión de sus funcionarios. A eso se dedicó Joseph Humire para ahora describir el trumpismo.
Trump rompió con los esquemas tradicionales de las relaciones internacionales y gobernó basado en sus instintos y experiencia en los negocios y desarrollo adquirido junto a los estadounidenses de clase trabajadora en las calles de la ciudad de Nueva York en Queens.
Trump cambió de rumbo y buscó una nueva estrategia de “competencia estratégica” con China y Rusia, países que desafían el poder, la influencia y los intereses estadounidenses, intentando erosionar la seguridad y la prosperidad de EE. UU.
Su experiencia cotidiana lo llevó a percibir el lado más oscuro de la globalización, palpable solamente “a través de la lente de un trabajador de una fábrica que está desempleado o de una ciudad fronteriza que está siendo invadida por el crimen y una violencia sin precedentes”.
La administración Trump atacó lo que llamó las “prácticas comerciales desleales” de China, injustas por demás y viró a una guerra comercial con el gigante asiático utilizando elementos de política económica, como aranceles y barreras comerciales.
El trumpísmo se dirige a enfrentar una realidad en la que el orden internacional se sustenta en reglas, políticas equivocadas y una falta de enfoque ha permitido el surgimiento de potencias mundiales autocráticas que explotan ese orden en su beneficio.
Fundamento uno: un retorno a la soberanía del Estado-nación
Donald Trump le recordó a la ONU que el organismo se fundó sobre el principio del Estado-nación, la soberanía de las naciones. El trumpismo busca satisfacer las necesidades del pueblo, garantizar su seguridad, preservar sus derechos y defender sus valores.
“El concepto de soberanía del Estado-nación fue un principio rector durante los cuatro años de mandato del presidente Trump, y ayudó a dar forma a algunas de las decisiones más importantes del presidente en materia de inmigración, seguridad nacional, economía y alianzas de Estados Unidos”.
En este sentido, Humire advierte que el trumpismo pretende volver a este concepto y elevar la soberanía como primer principio de las relaciones exteriores.
Fundamento dos: reparto de la carga
Joseph Humire destaca los fundamentos de la política exterior de Donald Trump
Joseph Humire alerta del error de pensar que la política exterior de Trump era aislacionista, que desconectaría a Estados Unidos de la comunidad internacional y del sistema multilateral. Por el contrario, el trumpismo abraza el multilateralismo.
El principio de compartir la carga va más allá de responsabilizar a las instituciones multilaterales, sino que apunta a cambiar la mentalidad de los Estados-nación. Se trata de entender el multilateralismo como una herramienta para lograr una mayor cooperación y consenso en lugar de un fin en sí mismo.
En pocas palabras, el trumpismo busca involucrarse en el sistema multilateral cuando y donde el acuerdo era mutuamente beneficioso para Estados Unidos.
Fuente consultada:
(1) Humire, J. M. (2024). “Las bases de la política exterior del trumpismo”. En Norteamérica, Revista Académica Del CISAN-UNAM, 19(1). Disponible en: https://doi.org/10.22201/cisan.24487228e.2024.1.675