Alimentar a los niños con cacahuates a una edad temprana puede reducir drásticamente su riesgo de desarrollar una alergia al maní o cacahuate, informa un ensayo clínico reciente.
Los niños alimentados regularmente con productos de cacahuate desde la infancia hasta los 5 años tenían una tasa un 71 por ciento más baja de alergias al cacahuate cuando llegaron a la adolescencia, informaron los investigadores en la edición del 28 de mayo de la revista NEJM Evidence.
El estudio “debería reforzar la confianza de los padres y cuidadores de que alimentar a sus hijos pequeños con productos de cacahuate desde la infancia, según las directrices establecidas, puede proporcionar una protección duradera contra la alergia al cacahuate”, planteó la Dra. Jeanne Marrazzo, directora del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés).
«Si se implementa ampliamente, esta estrategia segura y sencilla podría prevenir decenas de miles de casos de alergia al cacahuate entre los 3.6 millones de niños que nacen en Estados Unidos cada año», planteó Marrazzo en un comunicado de prensa del NIAID.
En el estudio, los investigadores siguieron a más de 500 niños que habían participado anteriormente en un ensayo clínico para evaluar la exposición al cacahuate como un medio para evitar la alergia al cacahuate.
La mitad de los niños consumían cacahuetes con regularidad desde la infancia, mientras que la otra mitad los evitaba.
La introducción temprana del cacahuate en sus dietas redujo el riesgo de alergia al cacahuate de los niños en un 81 por ciento a los 5 años, encontraron los investigadores.
Este nuevo estudio dio seguimiento a esos hallazgos al seguir a los niños hasta la adolescencia, con una edad promedio de 13 años.
Los investigadores encontraron que más de un 15 por ciento de los niños que evitaron los cacahuetes en la infancia ahora tenían alergia a los cacahuates, en comparación con más de un 4 por ciento de los niños expuestos a los cacahuetes desde una edad temprana.
Los investigadores encontraron que los niños en el grupo de exposición al maní no siempre comían cacahuetes de forma constante, e incluso tenían algunos periodos en los que no comían ningún producto de cacahuate.
Esto muestra que el efecto protector del consumo temprano de cacahuetes se mantiene a lo largo del tiempo, sin necesidad de reforzarlo al seguir comiendo cacahuetes de forma constante durante la infancia y la adolescencia, señalaron los investigadores.
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