Venezuela es un actor clave en la política de «Paz Total» que plantea el presidente colombiano Gustavo Petro, de acuerdo con expertos consultados por la Voz de América, no solo porque es un país garante en las negociaciones, sino porque en su territorio hay una gran presencia de diversos grupos armados, un hecho incluso reconocido por el Estado venezolano.
La «Paz Total» es una de las políticas más ambiciosas del gobierno colombiano. Se trata de una apuesta por negociar con tantos grupos armados como sea posible con la esperanza de poner fin a los conflictos armados de décadas en la nación suramericana.
Ronald Rodríguez, investigador y vocero del Observatorio Venezuela de la Universidad del Rosario explicó a la VOA que los actores armados tienen una dinámica que se mueve en la frontera entre los dos países y, particularmente, en los últimos años han encontrado formas de consecución de recursos en los dos territorios.
De esta manera, “cualquier dinámica que busque interactuar, buscar una salida a la confrontación con estos grupos implica la participación de Venezuela de forma directa para poder aplacar la presencia de estos grupos y las rentas a las que acceden estos grupos en territorio venezolano”, explicó Rodríguez.
Luis Fernando Trejos Rosero, investigador experto en el conflicto armado colombiano de la Universidad del Norte, señaló que las organizaciones armadas “han encontrado un santuario estratégico” en suelo venezolano, más específicamente el ELN. “Se calcula que por lo menos un tercio de los miembros de esa organización ilegal colombiana tienen presencia permanente en distintos estados venezolanos, no solo en la franja fronteriza, sino en estados ubicados al interior de Venezuela”.
Explicó que en esos estados regulan economías ilegales, especialmente las vinculadas a la explotación minera, en el Arco Minero del Orinoco. Además -agregó- sus comandantes viven en suelo venezolano desde hace años, mientras que Venezuela sirvió como “plataforma de lanzamiento” de la Segunda Marquetalia, una de las disidencias de las FARC.
Para Francisco Daza, coordinador de la línea de Paz Territorial y Derechos Humanos de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), la dinámica del conflicto y la presencia de actores armados en la frontera colombo-venezolana ha supuesto también un reto de seguridad para ambos países. “ Ante el crecimiento y el posicionamiento casi que permanente del ELN, en Venezuela, se hace necesario que este país y su gobierno se sumen a los avances y a las iniciativas de paz del gobierno colombiano”.
Desde Pares, además, han identificado la presencia de grupos tales como el Estado Mayor Central y, en su momento, la segunda Marquetalia.
¿Cuál debería ser el rol de Venezuela?
Según la organización Insight Crime -una fundación dedicada al estudio y a la investigación de amenazas para la seguridad nacional y ciudadana en América Latina y el Caribe- el presidente colombiano enfrenta muchos desafíos para lograr la «Paz Total» y apunta directamente a que “uno de los más difíciles será manejar la relación con la vecina Venezuela y su líder, Nicolás Maduro”.
Rodríguez destaca que si el mandatario venezolano resultara reelegido para el cargo en julio de este año, estaríamos en presencia de un presidente que “no reconoce la presencia y relación que tiene con el ELN en Venezuela”.
Informes de la organización Alerta Venezuela han señalado que, del lado venezolano, el ELN no se comporta como grupo subversivo, sino que incluso tiene una vinculación como un grupo casi al servicio o en colaboración con el propio Estado venezolano.
El hecho de que estas organizaciones colombianas tengan un carácter híbrido, pues mientras en Colombia son grupos insurgentes que confrontan al Estado, en Venezuela se comportan como grupos paramilitares que son progobierno, la negociación se hace más compleja.
Rodríguez explicó que el rol de Venezuela pesa mucho y “no está planteado en la negociación. De eso no se habla en la negociación, no se discute, cuando es una de las fuentes más importantes de ingreso del ELN y que le permite un corredor de movilidad y unas dinámicas que lo hacen ya un grupo transnacional”.
De hecho, enfatizó el profesor Trejos, “una de las preguntas incómodas que nadie se hace es cuál es la responsabilidad del gobierno venezolano en nuestra guerra, cuando albergó de manera consciente, planificada y coordinada a esas estructuras en suelo venezolano”.
“(El conflicto) ya no es colombiano, es un conflicto que involucra activamente a otro Estado”, afirmó. «(Venezuela debería ser) una parte en la negociación. No sólo garante, sino parte negociadora, teniendo en cuenta que un porcentaje importante de la guerrilla de ELN está asentada en ese país y lo mismo debería suceder con la Segunda Marquetalia”.
Para Daza, la delegación del gobierno colombiano debería poner sobre la mesa literalmente la necesidad de que Venezuela tenga un rol más activo más allá de acompañantes, sino también como parte de un proceso de negociación mucho más amplio, pues paz total en Colombia “debe ser una paz total vinculante hacia Venezuela”, dijo.
«El estado venezolano, por ejemplo, debería mantener su propia negociación o proceso de paz con el ELN “obviamente con las proporciones del caso”, añadió.
De cara al futuro
Las nuevas negociaciones deberían garantizar el mayor número de firmantes posibles porque, de lo contrario, tal como sucedió con el acuerdo de Paz con las FARC de 2016, se crean grupos de los que no firmaron o que se retractaron, formando así las disidencias, explicó Rodríguez.
Ahora, cuando se habla de una «Paz Total», expertos coinciden en que las negociaciones deberían incluir a varios actores, de manera simultánea en los dos territorios. “Los acuerdos que se construyan tienen que dar la garantía a la población de aquellos territorios que se logran liberar de estos grupos al margen de la ley, de que haya una presencia efectiva del Estado”, expuso el vocero del observatorio venezolano.
No hacerlo, agregó el experto, “lo único que hace es abrir nuevas espirales de confrontación, nuevas espirales de conflicto que han afectado a Colombia” y también a Venezuela.
Para Trejos, “si Venezuela no ayuda”, estas organizaciones armadas van a suelo venezolano para incursionar desde él hacia Colombia. Es decir, “una vez crucen la frontera son intocables y eso hace que la acción ofensiva de la fuerza pública sea limitada”.
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